"Dionisios es el dios de las metamorfosis, lo uno de lo múltiple, lo uno que afirma lo múltiple y se afirma en lo múltiple. «¿Entonces quién?», siempre es él. Por eso Dionisios calla seductoramente: el tiempo de ocultarse, de tomar otra forma y cambiar de fuerzas. El «Lamento de Ariadna» expresa esta relación fundamental entre una forma de preguntar y el personaje divino presente bajo todas las preguntas, entre la pregunta pluralista y la afirmación dionisíaca o trágica." (Gilles Deleuze)

“Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones; y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 19, 15)

"¡Vosotros, hombres audaces que me rodeáis! ¡Vosotros, buscadores indagadores, y quienquiera de vosotros que se haya lanzado con velas astutas a mares inexplorados! ¡Vosotros, que gozáis con enigmas! ¡Resolvedme, pues, el gran enigma que yo contemplé entonces, interpretadme la visión del más solitario! Pues fue una visón y una previsión: - ¿qué vi yo entonces en símbolo? ¿Y quién es el que algún día tiene que venir aún? ¿Quién es el pastor a quien la serpiente se le introdujo en la garganta? ¿Quién es el hombre a quien todas las cosas más pesadas, más negras, se le introducirán así en la garganta?- Pero el pastor mordió, tal como se lo aconsejó mi grito; ¡dio un buen mordisco! Lejos de sí escupió la cabeza de la serpiente: - y se puso de pie de un salto. - Ya no pastor, ya no hombre, - ¡un transfigurado, iluminado, que reía! ¡Nunca antes en la tierra había reído hombre alguno como él rió!
Oh hermanos míos, oí una risa que no era risa de hombre, y ahora me devora una sed, un anhelo que nunca se aplaca. Mi anhelo de esa risa me devora: ¡oh, como soporto el vivir aún! ¡Y cómo soportaría el morir ahora!" (Así Habló Zaratustra / Friedrich Nietzsche)

"Mas tú, sigue hasta el fin; descansarás y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días." (Daniel 12:13)

domingo, 13 de mayo de 2012

"El último día" (relato Apocalíptico) "Anarima" / Benjamin Solari Parravicini.

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Cuando el tiempo tiempo, no era tiempo - Cuando las mareas subían y bajaban sobre las costas extendidas - una hermosa mujer de rizos de soles, de ojos de ausencia - de boca de mundos con tez de tormentas y manos de aire - adivinando tierras desconocidas en las suyas, ocultas tras las olas, que llegaban a fallecer en sus playas, quiso animosa marchar en busca de ellas... y partió. Se alejó nadando sueños bajo las estrellas.

Nadie en el lugar se opuso a que saliera. Muchos eran los que sabían y predecían que detrás de la infinita línea que separaba las aguas de los cielos - existía una raza casi blanca - viviendo regiones cálidas y que allí un Dios piadoso aguardaba . Y cuenta la leyenda de la Nube Nube - que aquella hermosa mujer, pereció en los mares, y que, aletargada quedó por siglos dentro del profundo Océano - Mundo verde, de celajes azules y espumas blancas.

Ha de llegar un día - un Angel de Plata trayendo entre sus manos la red de los cabellos de nácar de la diosa Amor - exclamó el anciano de las tardes tardes - y entonces la hermosa mujer que fuera dueña de los cabellos de soles - de los ojos de malvas - de la boca de mundos, y de las manos de aire - será enredada y aprisionada en la trama de los nudos de encajes - y será así arrancada del reino verde - de los celajes azules y de las espumas blancas - regresando en triunfo, a la dorada playa - al amor perenne - en el infinito amor.

Texto inspirador del episodio coreográfico
"De los ojos de ausencia y la tez de tormenta" de en3 (cuerpoobra) / la PAva (danza
 dependiente)




        La Tempestad / William Shakespeare - Peter Greenaway